Venograma

Una venografía es un procedimiento de imagen mínimamente invasivo que se utiliza para visualizar las venas y evaluar el flujo sanguíneo. Es una herramienta diagnóstica esencial para evaluar afecciones como la insuficiencia venosa crónica, la trombosis venosa profunda (TVP), la compresión de la vena ilíaca (síndrome de May-Thurner) o las obstrucciones venosas que pueden causar dolor, hinchazón o varices en las piernas. Una venografía proporciona un mapa detallado del sistema venoso, lo que permite un diagnóstico preciso y una planificación del tratamiento eficaz.

Preparación: La venografía se suele realizar de forma ambulatoria con anestesia local. Se limpia y anestesia la piel cercana al punto de acceso.

Inserción del catéter: Mediante fluoroscopia (imagen radiográfica en tiempo real) para mayor precisión, se realiza una pequeña punción en la vena por donde se introduce un catéter delgado y flexible. El catéter se guía cuidadosamente a través del sistema venoso hasta la zona que se va a examinar.

Inyección de contraste: Se inyecta suavemente un medio de contraste a través del catéter, lo que permite visualizar las venas en las radiografías. Esto posibilita una visión clara de su forma, tamaño y patrones de flujo.

Diagnóstico por imagen y evaluación: A medida que el contraste se desplaza por las venas, se toman radiografías en tiempo real. Estas imágenes revelan venas estrechadas, obstruidas o dañadas, así como flujos sanguíneos anormales o reflujo que pueden estar causando los síntomas.

Intervenciones opcionales: Si se detecta un estrechamiento u obstrucción significativa, en ocasiones se pueden realizar procedimientos adicionales —como angioplastia, colocación de stent o IVUS (ecografía intravascular)— inmediatamente durante la misma sesión para tratar el problema.

Finalización y recuperación: Una vez finalizado el estudio de imagen, se retira el catéter y se coloca un pequeño vendaje. La mayoría de los pacientes pueden regresar a casa el mismo día.

Recuperación y resultados: La recuperación tras una venografía suele ser rápida y sencilla. La mayoría de las personas retoman sus actividades normales en 24 horas. Es común presentar leves hematomas o molestias en el punto de punción, que generalmente desaparecen con rapidez. Su médico revisará los resultados con usted y le explicará los pasos a seguir, como tratamientos adicionales o pruebas de imagen de seguimiento.