Aterectomía
La aterectomía es un procedimiento mínimamente invasivo que se utiliza para eliminar la placa, una acumulación grasa y endurecida que puede estrechar u obstruir las arterias y restringir el flujo sanguíneo. Durante el procedimiento, se introduce cuidadosamente un catéter en un vaso sanguíneo y se guía hasta la zona de la obstrucción. El catéter tiene un dispositivo especial en su punta, como una pequeña cuchilla giratoria, un láser o un mecanismo de lijado, que elimina suavemente la placa de las paredes arteriales.
Al eliminar esta acumulación, la aterectomía puede mejorar significativamente el flujo sanguíneo y aliviar síntomas como dolor en las piernas, calambres o heridas que no cicatrizan debido a una mala circulación. En algunos casos, se puede realizar una angioplastia o la colocación de un stent inmediatamente después para mantener la arteria abierta y garantizar resultados a largo plazo.
Preparación: La aterectomía se realiza generalmente de forma ambulatoria con anestesia local. Se esteriliza y anestesia la piel donde se insertará el catéter.
Inserción del catéter: Mediante imágenes de rayos X en tiempo real (fluoroscopia), se realiza una pequeña punción por donde se inserta un tubo delgado y flexible llamado catéter en una arteria. El catéter se guía suavemente a través del sistema vascular hasta el lugar de la obstrucción.
Aterectomía (Eliminación de placa): Si la acumulación de placa es el problema, se introduce un dispositivo de aterectomía especializado a través del catéter. Dependiendo del tipo de dispositivo utilizado, puede:
- Cortar o eliminar la placa de la pared arterial,
- Muélelo hasta convertirlo en partículas diminutas, o
- Vaporízalo con un láser.
Una vez extraídos, los residuos se recogen de forma segura y se eliminan del cuerpo, abriendo la arteria y mejorando el flujo sanguíneo.
Restablecimiento de la circulación: Una vez eliminado el bloqueo, el flujo sanguíneo se restablece de inmediato. En ocasiones, se realizan tratamientos adicionales —como una angioplastia o la colocación de un stent— simultáneamente para mantener el vaso abierto y prevenir futuras obstrucciones.
Finalización y recuperación: Tras el procedimiento, se retira el catéter y se coloca un pequeño vendaje. No se requieren puntos de sutura y la mayoría de los pacientes pueden regresar a casa el mismo día.
Recuperación y resultados: La recuperación tras la aterectomía suele ser rápida, y la mayoría de los pacientes retoman actividades ligeras en 24-48 horas. Muchos notan una mejoría inmediata en síntomas como dolor de piernas, calambres o entumecimiento, a medida que se normaliza el flujo sanguíneo. Dado que el procedimiento elimina directamente la causa de la obstrucción, suele ser muy eficaz para prevenir complicaciones como daño tisular, amputación de la extremidad o trombosis recurrente.

