Escleroterapia con Espuma
La escleroterapia con espuma es un tratamiento seguro y mínimamente invasivo para la insuficiencia venosa. Suele realizarse tras la ablación venosa y es muy eficaz para tratar venas laterales ramificadas, tortuosas o pequeñas, de difícil acceso o tratamiento con láser o radiofrecuencia. El tratamiento es rápido y se realiza en la consulta. La recuperación es sencilla; la mayoría de los pacientes utilizan medias de compresión posteriormente para favorecer la cicatrización y mejorar los resultados.
Preparación: La escleroterapia con espuma se realiza de forma ambulatoria y suele durar entre 15 y 45 minutos, dependiendo del número de venas a tratar. Se aplica anestesia local y se limpia y prepara la zona a tratar.
Inyección del esclerosante: Bajo guía ecográfica en tiempo real, se introduce con cuidado una aguja muy fina en la vena afectada, donde se inyecta una solución esclerosante. Esto provoca el colapso de las paredes de la vena, deteniendo el flujo sanguíneo.
Redirección del flujo sanguíneo: Una vez sellada la vena, la sangre se redirige naturalmente a las venas sanas cercanas, mejorando la circulación en la zona tratada. Con el tiempo, la vena tratada es reabsorbida por el cuerpo y desaparece gradualmente.
Inyecciones múltiples (si es necesario): Se pueden tratar varias venas en una sola sesión, y se pueden recomendar varias sesiones para obtener resultados óptimos, especialmente para redes venosas más grandes o extensas.
Finalización y compresión: Tras el tratamiento, se suelen aplicar medias o vendajes de compresión para favorecer la cicatrización y mejorar los resultados. Puede caminar inmediatamente después del procedimiento y retomar sus actividades diarias habituales.
Recuperación y resultados: La recuperación tras la escleroterapia con espuma suele ser rápida y sencilla. La mayoría de los pacientes retoman sus actividades habituales de inmediato, aunque conviene evitar el ejercicio intenso y la exposición directa al sol durante unos días. Los efectos secundarios leves, como hinchazón, enrojecimiento o hematomas leves, suelen desaparecer en pocos días.
La mejoría visible suele comenzar entre las 2 y las 4 semanas, y continúa disminuyendo a lo largo de varios meses a medida que las venas tratadas se reabsorben por completo. Muchos pacientes experimentan no solo una mejoría estética, sino también alivio de síntomas molestos como ardor, picazón o pesadez en las piernas.

